Palabras para Berto

Santiago de Chile, 14 de Marzo del 2017 –

 

Palabras a Roberto Fontana (Pedro Elbio Bertoloni) de su alumna Liliana García S. –

 

 

¿Cómo te despido Berto? ¿Cómo puedo despedirte con esta inmensa cordillera que nos separa?

Tendría que despedirte abrazada de mis compañeros, cerca del calor de mis hermanitas, de la mano de ellos, pero no, siempre la distancia y esta cordillera que me ciega de nostalgia.

Son tantos los recuerdos.

¿Por dónde empiezo?

¿Por mis primeras clases de voz con 16 años?

“Nena, estos ejercicios no los podés hacer, todavía falta para que asiente tu voz” y por cierto, yo dale que seguía con los ejercicios…”Nena, sabes mejor seguí, después no llores si quedas disfónica para siempre” Y zas…paraba.

¿Con qué sigo?

¿Cuándo los milicos cerraron El Galpón en Mayo de 1976?

Desesperados nos juntábamos en mi casa de Malvín, no solo los de mi curso, los más grandes también…y mientras Osvaldo Costa imitaba a Hitler y Augusto Mazzarelli a Mussolini, pensábamos ¿Qué hacemos ahora?

No faltaron los planes heroicos o suicidas. Entrar al teatro, por algún tubo, ventana o agujero del Balón de Oro y tomarse el teatro con los milicos adentro!
Y apareciste vos, con tu generosidad tan profunda como tu hermosa voz.

¿Sigo?

Y el primer día que fuimos a hablar con los del Montevideo Player’s!
Reconocé que eran raros los tipos, dale Berto, alguna vez aflojá vos primero. No me dejabas criticarlos “se portan muy bien con nosotros, no se te ocurra hablar mal de ellos”

Nunca voy a olvidar la cara del hombre que aceptó que siguiéramos la escuela contigo en el local. Ese local en el que los ingleses tomaban mucho whisky y no sé que más hacían; el día en que le dijiste al inglés-uruguayo o uruguayo-inglés (según tu versión) “nosotros nos comprometemos a pagar todos los meses la luz y el agua, acá tengo la garantía, ella ya cumplió 18 años y le da su palabra, como yo le doy la mía” El inglés y vos a las carcajadas y yo sin entender nada.

Pasaron años para que entendiera esa reunión de una tarde de primavera.

Hablando de primavera, el día que cumplí 18 años, aquel 17 de Octubre, cuando sonó el teléfono de casa en Malvín a las 7:30 de la mañana, corrí a atender, vivíamos entre sustos, allanamientos, papá que iba y venía no se sabe dónde…un teléfono a las 7:30 de la mañana era un sobresalto.

“Hola” dije con un hilo de voz y del otro lado un estruendo de voz respondía “nadie puede cumplir 18 años” y me cortaste. En la noche cuando llegué a ensayo al Montevideo Player’s me tenías de regalo un libro de Eugen Herrigel (Bungaku Hakushi) “Zen en el arte del tiro con arco”

Lo tengo acá, al lado mío, leo tu dedicatoria, sí lo forré con nylon, tranquilo. “Para Liliana esperando que te sirva tanto como a mi; con el afecto y la amistad de Berto”.

El libro y la dedicatoria, eran tu pase para que entrara en el mundo de los adultos. Así lo sentí, así con tu guiño del ojo derecho diciéndome todo sin decirme nada.

Las tardes en la casa de Nelly Goitiño, querida Nelly, tu compañera del alma. Aquellas tardes en las que yo pasaba corriendo y ustedes me servían un almuerzo-té entre la universidad, la militancia, los ensayos en el Circular. Esas tardes que entre un sandwich y alguna masita, Nelly empezaba, “pero nena, no descuides la carrera de derecho, estudia igual” y vos y tus sentencias “dejála con el derecho, con lo contestadora que es va a enloquecer a los jueces” y salía tu carcajada y Nelly “Berto que estoy hablando en serio”.

Mis compañeros de teatro, mi familia. Mi familia de sangre estaba en el exilio. Pero vos, ustedes, mis compañeros del alma, los del teatro, ahí siempre ahí.

¿Te acordás el día que llovía como si se fuera a acabar el mundo? Ese día que llegó al Montevideo Player’s el querido Santiago Introini, con el libro del cancionero español, que había sido de Pepe Struch. Llegó empapado y vos lo miraste basilisco ¿no me digas que no traes el libro? Y como en un acto de magia, Santiago lo elevó como suspendido en el aire haciendo emerger de lo más profundo de su gabardina inmensa “Berto, vos viste cómo llueve, qué querías, que lo trajera en la mano?”

Tu inmensa generosidad Berto, tu treta para dejarnos a todos seguros.

Invitaste al flaco Walter, al flaco Osvaldo, o sea a “los flacos Reyno” y a toda la directiva del Teatro Circular de Montevideo a vernos en nuestras “puesta en escena” del popurrí del siglo de oro español y en el popurrí de teatro, canto y poesía del Río de la Plata.

Fuiste inteligente, zorro, sabías que los impresionarías. Habías hecho un magnífico trabajo de dirección y nosotros como en un orfelinato, mostrando lo mejor de cada uno, para que esos padres que admirábamos tanto, decidieran adoptarnos. Te salió redonda la jugada.

Cuando te agradecí me dijiste “ahhh…por favor nena, no sabés el peso que me saqué de encima, ya no los aguantaba más”. Mentiroso…”Mi querido mentiroso”, qué disfrutables estaban Nelly y tú en aquel montaje.

Sí querido mentiroso, jamás nos perdiste los pasos a ninguno de nosotros, no te perdiste ni un examen y siempre estuviste para cualquier ayuda.

¿Cómo despedirte maestro? No puedo. Sí estoy llorando, ya sé, “nena en algún momento la gente muere” me lo dijiste en Febrero de 1987, el día que murió Santiago, unos meses antes que yo me viniera a vivir a una ciudad que lleva su mismo nombre. Un país que aún estaba en dictadura. Me acuerdo de la pequeña despedida, íntima, en el apartamento de Nelly: “tenés que prometer que no te vas a meter en política y menos ahora que estás embarazada y Pinochet no se anda con chiquitas”…y tanto tanto amor hasta que me hicieron llorar. Sí ya sé, también me lo dijiste “bueno nena, la gente tiene que aprender a despedirse con una sonrisa”.

Hoy no me lo pidas Berto, hoy no puedo. Hoy no tengo sonrisa, hoy lloro, te lloro. Entre lágrima y lágrima te agradezco este oficio que me regalaste. Entre lágrima y lágrima te agradezco la perseverancia, la ética y la seriedad que me enseñaste. Entre lágrima y lágrima sonrío, porque sí, también te hago caso y sé “que la gente tiene que aprender a despedirse con una sonrisa”.

Hasta siempre maestro nos veremos algún día, frente a un arco, tratando de dar en el blanco!!!