Vigencia de la lucha de clase (intervento al seminario per i 100 anni del Partito Comunista Cileno) Santiago de Chile

VIGENCIA Y CARACTERIZACION DE LA LUCHA DE CLASES EN EL SIGLO XXI: REVISION Y ACTUALIZACION DEL CONCEPTO.
(
Santiago de Chile, 7 de Enero 2013) (*)

Marco Consolo

Partido de la Refundación Comunista – Izquierda Europea (Italia)

La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases.

MARX, K., y ENGELS, F.: El Manifiesto del Partido Comunista. 1848

 …no me cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna ni la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica de éstas. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases…

Carta de  Karl Marx a Joseph Weydemeyer, del 5 de marzo de 1852

“Se debe ser “marxista” con la misma naturalidad con que se es “newtoniano” en física, o “pasteuriano” en biología, considerando que si nuevos hechos determinan nuevos conceptos, no se quitará nunca su parte de verdad a aquellos otros que ya han pasado (…)

ERNESTO CHE GUEVARA: Notas para el estudio de la ideología de la Revolución cubana, 1960

VOLVER A MARX

Como decía una popular tira cómica de hace unos años en Italia, un obrero dice al otro: “Te das cuenta, la lucha de clase se acabó…”. Y el otro contesta: “Bueno, a ver si se lo explicas a los patrones…”.

La realidad es porfiada y a nada sirve tratar de esconderla atrás de un dedo.  No cabe duda que la lucha de clases, motor de la historia,  es más vigente que nunca, a pesar de los esfuerzos para negarla de los sacerdotes del pensamiento único del mercado, de los ideólogos  del “fin de la historia”, de la ex-socialdemocracia (o ex tercera vía) y de los revisionistas de toda índole.

El marxismo no es producto de laboratorio, al contrario se redefine como ‘guía de la acción” para las luchas de clases. Se realiza en la práctica y en el conflicto social, convirtiéndose en fuerza material de cambio. Marx nunca dió por acabadas sus ideas, sino que las enriqueció hasta el final de su vida. Por lo  tanto, en cuanto enano sentado en los hombros de gigantes, quisiera repensar algunas categorías de análisis. Por un lado para poner al día  nuestra “caja de herramientas” en el capitalismo globalizado y por el otro  para tratar de deshilvanar la complicada relación entre nueva composición de clase, comando y estructuras de mediación.

Propongo un esquema de análisis de la lucha de clases en tres aspectos: la lucha económica, la lucha ideológica, la lucha política.

En las paginas del mismo Marx se encuentran muchas de las ideas para la actualización y enriquecimiento de su concepción sobre las clases sociales. Ideas a las que quizás concedió un papel menos relevante, dado los elementos que parecían predominar en la fase histórica en que le tocó vivir. Lejos años luces de las lecturas mecanicistas y economicistas que simplifican la estructura socio-clasista del capitalismo se impone la superación de

  • las interpretaciones unilaterales de las ideas de Marx, y de la incapacidad para actualizarlas, tomando en cuenta las múltiples y constantes transformaciones del capitalismo y las enseñanzas de la propia lucha de clases;
  • las interpretaciones que no toman en cuenta el uso por parte de Marx de algunos conceptos con significados distintos (p.e. trabajo, proletariado, clase social, etc.);
  • las interpretaciones que dibujan las relaciones de clases como puramente económicas o de explotación, sin tomar en cuenta que son al mismo tiempo relaciones de dominio y enajenación, relacionadas con nuevos instrumentos de legitimación del poder (Tv, radios y medios de comunicación de masa) que han permitido a la burguesía cierta neutralización de la posibilidad y capacidad de cambio;
  • una cierta sobrevaloración del potencial revolucionario de la clase obrera industrial y por lo tanto cierta subvaloración de las del resto de las clases y sectores populares, que, en épocas sucesivas, han adquirido una gran relevancia;
  • la consideración de que la ruptura revolucionaria sólo es posible en un nivel de desarrollo de las fuerzas productivas con grande riqueza social, es decir en el capitalismo avanzado. La misma experiencia de la Unión Soviética y la de America Latina son emblemáticas en este aspecto;
  • cierta subvaloración (debido a la condición histórica de la época) de la predominancia del control financiero, de la primacía de las finanzas sobre la producción, objeto de estudio en los años siguientes por otros teóricos como Hilferding,

 

Equivocadamente muchos han considerado a la teoría de la lucha de clases elaborada por Marx como la única teoría del conflicto social, pero, como el mismo afirma, hay muchos antecedentes de utilización del concepto de clase (uno por todos, Nicolás Maquiavelo). La novedad del planteamiento de Marx es la definición de las clases sociales según su posición en el proceso de producción, a su vez determinado por el estado de las técnicas. Sin embargo, a pesar de la importancia de las clases en su teoría , ni Marx, ni Engels como se sabe terminaron de definir el concepto de clases sociales en su cabalidad y en “El Capital” el capítulo correspondiente quedó inconcluso. En él, Marx distinguió tres clases: los propietarios del trabajo, del capital y de la tierra. En las décadas siguientes, sobre la base del esquema simplificado de dos clases utilizado en “El Manifiesto Comunista”, se ha hecho referencia a estas dos (burguesía y proletariado) fundamentalmente por razones de agitación política. Una visión que tiene por un lado la fuerza política de las dicotomías, pero por el otro cierto esquematismo analítico.

En Marx, las clases son relaciones. Y las relaciones de clase son movimiento dentro de un modo de producción. Su historia es la historia de sus relaciones en cambio constante respecto a las relaciones de producción. Es así que las relaciones entre las clases y las relaciones de producción no son y no pueden ser estáticas.

Marx es enfático en aclarar que la simple diferencia de ingresos económicos no basta para crear una clase. Tampoco la explotación económica la origina necesariamente. A estas condiciones objetivas, no exentas de contradicciones, Marx le añadía, precisamente, un elemento subjetivo: la conciencia de clase, sin la cual tendríamos un conjunto de individuos en situación análoga, pero no una clase. Según Marx, la conciencia se crea cuando una clase descubre sus verdaderos intereses y se une para la lucha política. Por eso plantea su famosa distinción entre la “clase en sí” y la “clase para sí”.

 

MIGRANTES Y MUJERES

¿Que son las clases sociales en el Siglo XXI ? ¿Y cuál es su composición hoy en día en los países a capitalismo avanzado ?

 

En nuestra época histórica, probablemente la mayoría de las personas se encuentran al mismo tiempo en diferentes situaciones de clase y participan simultáneamente en relaciones de otro tipo, como las étnico-nacionales, de género, generacionales, religiosas. La identificación subjetiva de clase suele ser ambigua, múltiple y en muchos casos contradictoria. Esto complejiza de manera profunda el problema de los intereses, subjetividad y posiciones de clase en realidades específicas.

Resulta imprescindible identificar los grupos sociales realmente existentes (clases, fracciones, capas, etc.) y la subjetividad de los mismos.

Como un amplio debate ha evidenciado, las transformaciones productivas de las últimas décadas del siglo XX, la globalización neo-liberal, la acelerada e imparable movilidad del trabajo, junto a la experiencia de las luchas feministas y anticoloniales han puesto el capital frente a la necesidad de una nueva restructuración. La entrada en masa en el mercado del trabajo de nuevas figuras (mujeres y migrantes), ha sido acompañada por nuevos procesos de fragmentación y “disciplinamiento” de la fuerza trabajo (ampliamente intensificados en la crisis). Estos procesos, sintetizados en el concepto de “inclusión diferencial” ha “valorizado” e incluido en el mercado del trabajo distintas figuras, rediseñando el mapa del trabajo contemporáneo y contribuyendo a redefinir la imagen tradicional de los/as “incluidos/as” y/o de los/as pobres.

En Italia, debido a la crisis, un número creciente de mujeres que han perdido el trabajo está buscando empleo en el sector del cuidado, en el cual, sin embargo, se sigue prefiriendo las mujeres migrantes. Son sobre todo mujeres y no hombres, lo cual evidencia como el género funcione también como elemento de inclusión y no solo de “inferiorización”. Expuestas a múltiples mecanismos de chantaje, las migrantes están obligadas a conformarse con sueldos más bajos y están más dispuestas a cumplir con las indicaciones de sus empleadoras-es.

Al mismo tiempo, los niveles más bajos de las jerarquías laborales (regulares y no regulares), en su mayoría están ocupados por la fuerza de trabajo migrante. Este destino prescinde de los conocimientos, de las habilidades específicas y hasta de la nacionalidad del trabajador o de la trabajadora migrante. Según un “lugar común”, en las sociedades europeas más “avanzadas” los migrantes hacen los trabajos que los autóctonos ya no están dispuestos a hacer. Sin embargo en la jerarquización del “trabajo migrante” un papel de fundamental importancia se asigna al control de la movilidad de los migrantes y a la restricción al instituto de la ciudadanía. A partir de la combinación de todos estos factores, se realiza lo que podríamos definir (con un término ampliamente imperfecto) como etnicizaciòn” del mercado del trabajo, es decir la identificación entre cierto tipo de empleos-retribuciones y la fuerza de trabajo migrante. Y, al interior de este mismo mecanismo, entre algunos empleos específicos y una determinada proveniencia geográfica (en términos generales, en Italia las trabajadoras de limpieza domesticas son mayoritariamente filipinas y suramericanas, los albañiles  del Este de Europa, las “nanas” ucranias, los vendedores ambulantes senegaleses, las trabajadoras del sexo vienen de los países africanos, latino-americanos y del Este, los ordeñadores son hindúes sikh, los pizzaioli (los que hacen la pizza) egipcios, los obreros del textil y del cuero son chinos, etc.). Se trata de un mecanismo complejo de “etnicizaciòn” de la estructura de clase, que actúa también a través de jerarquías patriarcales y de género.

En este sentido, parece necesaria la articulación teórica entre clase, “etnia” y genero (que salvaguarde las especificidades y al mismo tiempo insista sobre su convergencia), en la determinación y organización del mercado del trabajo, de las relaciones sociales  y de la composición de clase para su organización. Una lente para evidenciar el funcionamiento conjunto de mecanismos de segmentación y jerarquización  como la xenofobia, el sexismo, la subordinación laboral y la alienación de los derechos, muy a menudo analizados como si fueran desligados  entre ellos. “Etnicizaciòn” y genero asumen hoy coordenadas especificas, aunque sean procesos históricamente determinados que se entrecruzan con la historia del capitalismo. Por lo tanto, no son pura expresión del capitalismo contemporáneo, de la globalización, de las migraciones de masa y de la crisis, sino que evocan la experiencia colonial y los procesos de construcción de la narración y de la identidad nacional que han acompañado la modernidad occidental, entrelazándose en la transición capitalista. En este cuadro, la producción de las diferencias se concretiza además a través de imágenes, discursos y representaciones, como representaciones del poder que actúa sobre la producción simbólica de subjetividad.

 

Italia, se ha convertido en el país que en los últimos años ha concebido leyes anti-migración xenófobas en términos culturales, intenciones y prácticas. Una realidad que, por lo que se refiere a las condiciones de trabajo, propone un trabajo sin derechos, expuesto al crudo poder de la empresa, en una condición de extra-territorialidad jurídica que convierte los centros de trabajo en lugares separados de la sociedad.

En otras palabras hoy en día la clase  está conformada no solo por las clases trabajadoras tradicionales, los desempleados, todo los sin-poderes del viejo continente. A estos hay que agregar los migrantes, los nuevos parias, los condenados de la tierra a los cuales se niega cualquiera oportunidad. El mar Mediterráneo  se ha convertido en el mar de la intolerancia y de la violencia, donde mueren millares de migrantes en búsqueda de mejor vida, debido a la exclusión social de la riqueza de pocos y a la cancelación de derechos. Un mar que ha encarnado el rostro barbárico de una Europa que se jactaba frente al mundo de ser modelo de una forma superior de civilización. Para los migrantes, la Unión Europea del siglo XXI está hecha de cementerios marítimos, de campos de concentración, de directivas del retorno (o de la vergüenza como correctamente la definió el Presidente Evo Morales). Esta barbarie occidental, este crimen a la vista de todos es el verdadero spread, el diferencial sin solución.

 

AMBIENTALISMO, FEMINISMO, MINORIAS SEXUALES

 

A estos aspectos hay que agregar de manera sintética, otros puntos. El ambientalismo, el feminismo, las luchas de las minorías sexuales.

No existe un sujeto revolucionario a priori o predestinado, sino la necesidad de su construcción y actualización en base a las condiciones, coyunturas históricas específicas y cambiantes. Por tanto es importante construir una estrecha articulación entre la lucha de clases y la lucha por la superación del resto de las desigualdades sociales y políticas que permitan establecer alianzas de clase.

Las contradicciones del capitalismo trascienden su inviabilidad como régimen económico social, y pone en peligro la supervivencia misma de la humanidad y la vida en el planeta: la contradicción capital-trabajo asalariado está desbordada por la contradicción capital-humanidad-naturaleza. Los planteamientos del  Sumak Kausay,del “buen vivir” (en el caso de Bolivia y Ecuador)  nos hablan claramente de la necesidad de pensar los paradigmas de una nueva civilización. Lejos de la destructiva experiencia de industrialización del “socialismo real”, tenemos que construir un socialismo en armonía con la Pacha Mama, la Madre Tierra.

La irrupción en las luchas sociales de las temáticas feministas, de la cuestión de género, de la batalla en contra del patriarcado y la discriminación de diversas orientaciones sexuales, lejos de representar aspectos “exóticos” o “secundarios”, son parte integrante de una actualizada teoría de la lucha de clase, hacia un socialismo humanista, sin sectarismo o auto-referencialidad.

Es imprescindible el despliegue de variadas formas de participación de los sectores populares, como recurso imprescindible para su conversión en sujetos reales del cambio.

 

LA LUCHA IDEOLOGICA

En el campo de las batallas de las ideas, la narración de la crisis hecha por “los de arriba”, con sus latifundios de la palabra, los oligopolios mediáticos, sirve para paralizar a las mayorías. La industria de la mentira global se encarga de repetir el mismo mensaje a lo largo del continente europeo: la manta ya no alcanza para todos, hay que conformarse y aguantar hasta que los de arriba nos den otra oportunidad con su “modelo de desarrollo”.

Los golpistas financieros declaran que no hay otra salida que los recortes. El capitalismo, en su fase de reestructuración, necesita quebrar países, y sobretodo quebrar voluntades. La resignación, es el camino indicado para inmovilizar a “los de abajo”. La angustia recorre Europa: la calle es el destino para los millones de “náufragos del desarrollo” que perdieron la lotería del sistema. El “primer mundo” ya no corresponde a los territorios, sino a la geografía de las clases sociales.

Es así como el “discurso” ideológico y el accionar concreto del capital están dirigidos a que los explotados asuman el darwinismo social, el orden burgués, como “natural”, como el único horizonte posible. En el plano ideológico los poderes políticos y financieros,  cambiaron el sueño realista del bienestar por la cruda realidad del declive.  Con palabras en inglés (spending review, fiscal compact, etc.) en la Unión Europea la “santísima trinidad” de la troika (FMI, Banco Central, Comisión Europea) nos cuenta en su dogma que la educación, la salud, la comida, la vivienda, nunca fueron un derecho. La cultura vuelve a ser un privilegio de elegidos. En contra del dogma neoliberal, hoy los derechos perdidos regresan e irrumpen como brújula de la lucha del presente de los de abajo.

Según los sacerdotes de la doctrina tecnócrata lo único viejo, arcaico, es el humanismo. Después del “fin de la historia”, de la ideología del “fin de las ideologías”, las clases dominantes re-inventan el “anti-partidismo” o, mejor dicho, la “anti-política” tout court. Los políticos son todos iguales, son todos ladrones y corruptos, etc. Es el mejor invento para alejar los ciudadanos y “los de abajo” de los centros de poder y de decisión. La verdad es que la verdadera anti-política habita en los palacios del poder, protegidos, lejanos, excluyentes, donde el pueblo tiene que mostrar documentos para entrar, recibir credenciales y hacerse controlar por un metal detector. En esos cuartos cerrados los nuevos alquimistas tratan de realizar en probetas, políticas que solo sirven a incrementar margen de ganancia y a su sobrevivencia.

El capitalismo sabe muy bien como trabajar el espacio tiempo. Las urgencias impuestas son el imán para desorientar nuestras brújulas y desubicar a los pueblos. Parafraseando el poeta, la batalla de ideas para contrarrestar la hegemonía del pensamiento único del mercado sigue siendo necesaria como el pan de cada día. No hay resistencia que pueda vencer, si no hay un replanteamiento creativo de la realidad reconfigurada por el poder, para redefinir una hoja de ruta con objetivos estratégicos. De parte nuestra, hay que reconectar la práctica social a los que están llamados a  representarla. En otros términos, es fundamental restablecer la conexión entre las luchas sociales, las luchas culturales y la Política (con la P mayúscula), reconstruyendo el camino donde se pueda marchar con las dos piernas indispensables de la práctica social y de la representación.

 

LA UNION EUROPEA BAJO EL TALON DE HIERRO

Si para Europa el siglo XX fue el siglo de la reducción de la desigualdad, el siglo XXI es el siglo de la multiplicación de las desigualdades. En la mayoría de los países se están multiplicando los guetos, las formas de secesión y de separatismo social.

La crisis  ha desenmascarado las ambigüedades del modelo social, económico y político europeo, y ha puesto todo el continente frente a una encrucijada entre la austeridad y el cambio, que la vieja socialdemocracia o, mejor dicho, el nuevo social-liberalismo no tiene voluntad de modificar.

Cuando estalló la crisis del 2008, se reclamó universalmente una revisión profunda del sistema financiero. De esto ya ni se habla y ni siquiera se pone en marcha un impuesto simbólico (como la Tobin Tax) sobre las transacciones financieras especulativas. No solo no se reformó el sistema, sino que el capital financiero tomó las riendas y el control directo de la política de la Unión Europea. Salta la mediación de la política. Ex funcionarios del banco estadounidense Goldman Sachs, de otros grandes bancos y miembros de la Comisión Trilateral asumieron directamente el control del Banco Central Europeo (BCE), de los gobiernos de Grecia e Italia, y de cargos centrales en España, Francia, Hungría y Lituania.

Hoy en día en toda Europa estamos en el pleno de la contra-ofensiva del capital en su fase neo-liberal, hacia el derecho al trabajo, el conocimiento, la salud, la democracia. Los diktat de la troika (FMI-BCE-Comisión Europea) y la dictadura del spread, del diferencial han legitimado la carnicería social, haciéndola aparecer como una dolorosa necesidad. Estamos atravesando una situación de endeudamiento similar a aquella vivida en los años ’80 en America Latina, con los planes de ajuste estructural que han llevado al saqueo de todo el continente. Las recetas aplicadas hoy desde Bruselas y Frankfurt a los países del “centro desarrollado” del Sur de Europa (en versión actualizada) son idénticas a las que por décadas el FMI y el Banco Mundial han impuesto a las “periferias” de la economía mundial: lejos de hacer mejorar ningún país, los han dejado desechos, empobrecidos, socialmente más feroces. En larga parte el estado de bienestar ha sido disuelto, se ha privatizado todo lo posible y la naturaleza ha sido devastada en un porcentaje mayor que en cualquier época histórica. El endeudamiento ha sido la cuña que en el pasado ha permitido someter America Latina a la estrategia de la globalización capitalista.

 

ITALIA: EL GOBIERNO CONSTITUYENTE DE LOS BANQUEROS

 

En Italia estamos atravesando una fase política larga y compleja, una transición destinada a durar y a reservar muchas sorpresas en el plano social y político. Se ha pasado de la revolución liberal de Berlusconi, a la revolución conservadora constituyente de los “técnicos”, que está transformando el país bajo la soberanía del capital y de la empresa. En los últimos 25 años en Italia la lucha de clase ha sido una constante de parte de la patronal, que ha logrado recuperar márgenes de ganancia impresionantes. Si entre el 1975-6 los salarios italianos eran los más altos de Europa, a partir del 2008 (según la OCDE),  salarios, y jubilaciones son entre los más bajos del continente. Una gigantesca transferencia de recursos (y poder) a favor de la renta y de la ganancia, desde los subalternos  hacia las clases dominantes. Hace unos años, la diferencia de sueldo entre un obrero y un directivo era de 1 a 20, ¡ hoy es de 1 a 250!

El gobierno Monti en el estilo y los tonos ha sido muy distinto del gobierno Berlusconi.  No así en los contenidos. Con Monti triunfa el pensamiento único del mercado y el programa que se está realizando es integralmente neoliberal, hasta en las comas. Es la  prosecución radicalizada de los diktat europeos, ya empezados por Berlusconi, y confirmados integralmente. Desde las privatizaciones a las liberalizaciones, pasando por el corte al gasto público, el ataque a las pensiones y a lo que queda del mercado del trabajo, hasta la introducción de nuevos y brutales impuestos. Todo esto, naturalmente sin decir una palabra sobre las rentas financieras, sobre las causas de la especulación, y sobre las ciegas políticas europeas que,  al contrario, se quieren aplicar integralmente. La frutilla de la torta es la idea que la paridad presupuestaria del Estado italiano no solo tenga que ser insertada en la Constitución, sino también certificada por una sociedad privada. El Estado, para ser creíble hacía los especuladores, tiene que ser controlado por los amigos de los especuladores!

Desde este punto de vista el gobierno Monti  ha sido una operación perfecta con la cual los “poderes facticos” – italianos y  europeos – han logrado impedir que la caída de Berlusconi pudiera determinar  el mas mínimo movimiento a la izquierda en el eje político del País. Lo han hecho con la contribución determinante del Partido Democrático (la ex-socialdemocracia italiana), que hoy apoya descaradamente las políticas anti-populares. Políticas que producen estallidos de conflictividad laboral y agudización de la fractura social, lo que aunado con el incremento de ataques xenófobos por parte de grupos neonazis podrían terminar por desencadenar violentos disturbios.

Según Monti la crisis está atrás. Pero las mentiras tienen las piernas cortas: la deuda pública, lejos de reducirse se ha disparado; según el ISTAT (Instituto de Estadísticas) en un año de gobierno “técnico” el desempleo ha crecido del 2,3% y hoy llega al record  del 11,1%, es decir casi 3 millones de personas. En un solo mes ha habido un incremento de 93 mil desempleados. El desempleo juvenil llega al 36,5%, el nivel mas alto desde 1992 y roza el 60% en el Sur del País, el mezzogiorno. A esto hay que sumarle los trabajadores en situación de precariedad laboral, casi a 3 millones (2,9 millones).

En los últimos 5 años 100.000 familias han perdido su casa por no poder pagar la hipoteca, mientras los bancos privados italianos han recibido del Banco Central Europeo 274,6 billones de euros en préstamos trienales  con una tasa de interés del 1%. Lejos de dar oxigeno a las familias y a las PIMES ahorcadas por los usureros para que la economía arranque, los bancos usan esta masa monetaria para la especulación, para pagar los accionistas y embellecer sus presupuestos, echando en la calle millares de familias que no pueden pagar las hipotecas debido a la crisis provocada por los mismos banqueros.

La pobreza ya es un fenómeno de masa.  Según el último informe de Caritas Italiana en el 2012,  los italianos  que han tocado sus puertas son el 33%, uno de 3.

En contra de este gobierno tenemos que construir y fortalecer la oposición social, cultural y  política. En la construcción de la oposición, sin embargo, tenemos que estar conscientes que este gobierno arrancó teniendo de su lado un prejuicio positivo. No solo porqué vino en lugar del gobierno Berlusconi, que ya una gran parte de la población no aguantaba más. El gobierno Monti junta algunos elementos de “sentido común” que se han venido formando en el transcurso de los últimos años: por ejemplo, la “presentabilidad” de Monti y  de sus ministros, vista con alivio después de los escándalos conocidos a nivel mundial de Berlusconi.

Sin duda hay dos elementos mas profundos que hay que analizar a fondo para no hacer errores.

En primer lugar la desconfianza hacia la política y la clase política; los  técnicos como “garantía de mayor seriedad y competencia”. Este es un elemento que pesará en el tiempo, No es un detalle. La mayoría de la población italiana (y no solamente) considera los costos de la política el primer insoportable elemento de injusticia y por este motivo abre a Monti un crédito de confianza. Cuando decimos que se necesita caracterizar  nuestra política poniendo en el centro las prácticas sociales, las luchas, el mutualismo, la solidaridad concreta, es porque estamos convencidos que la única manera para reconstruir una creíble política comunista parte de la experiencia compartida desde abajo, en las luchas y los conflictos. No basta la propaganda o la presencia institucional: hay que enfocar  el trabajo político en la sociedad y en la construcción cultural.

En segundo lugar, el convencimiento  arraigado que el cuadro de la economía mundial y europea en las cuales nos movemos sea objetivo, natural  y que, por lo tanto, está bien que haya técnicos para su gestión. Si  la especulación es un  fenómeno natural  (de la cual no se entiende bien el origen) el punto no es “perder tiempo en charlas inútiles” sobre que hacer, sino aplicar  con rigor y sobriedad las recetas propias de la “ciencia económica”, técnica, “neutral” por definición. La fuerza con la cual arrancó Monti entonces, no se debe solo en cuanto sustituto de Berlusconi, sino también a los limites profundos que han caracterizado el anti-berlusconismo. El haber hecho creer que el circo,  las payasadas y los intereses personales de Berlusconi fueran el origen de todos los males del país, ha regalado a Monti un prejuicio positivo totalmente inmerecido con respecto a sus objetivos y a los intereses que defiende.

Hay que tomar en cuenta estos elementos (no solo italianos) para entender porque tanta parte de la población veía a Monti (y a los “técnicos”) como una esperanza. Es un sentimiento que tenemos que enfrentar, para  evitar que nuestra propuesta de oposición resulte incomprensible a grandes sectores populares.

En este año de gobierno Monti, los profesores han aprobado leyes que facilitan los despidos, restringen el derecho de huelga, criminalizan y reprimen la protesta social,  que se ha multiplicado en contra de la política económica, (huelga de funcionarios públicos, de los metalúrgicos, movilizaciones estudiantiles, movilizaciones del movimiento ambientalista en contra de las “grandes obras”, batalla en contra de la privatización del acceso al agua y la reivindicación de los “bienes comunes”). El pasado 14 de Noviembre por primera vez ha habido una huelga europea convocada por la CES, Y justo hoy, 7 de diciembre hay una movilización nacional de los sindicatos de jubilados.

La  perspectiva es la de un conflicto social cada vez mas áspero, con una izquierda todavía débil, fragmentada y por el momento fuera del Parlamento.

Para construir una oposición eficaz, no será suficiente  actuar en las contradicciones que se están determinando debido a sus políticas económicas y  sociales. Sin la puesta en discusión -a nivel de masa– del hecho que no hay nada “natural y objetivo” en las políticas neoliberales, la decepción por sus políticas no determinará un protagonismo político, sino mas decepción.  La tarea fundamental es la reconstrucción de un “bloque social y político” (a la Gramsci) para levantar de nuevo algo que el “pensamiento único del mercado” quiere excluir no solo del parlamento, sino también de la cultura y de todos los lugares donde se toman decisiones o se ejerce el dialogo.

No es tiempo de repetir ni los mismos errores ni las mismas jugadas y hay que ser creativos más allá de la protesta clásica.

La lucha de clase sirve hoy para que crezca y se consolide en los territorios y en las instituciones otra agenda, más realista de la de los profesores de las universidades y de los banqueros europeos.  Nuestro programa plantea una salida de la crisis basada en la renegociación de las políticas económicas europeas, en una distinta política fiscal, en el retiro de las tropas militares de todos los frentes de guerra y en el corte drástico de los gastos militares, en la previsión de un techo máximo para las retribuciones públicas y privadas, en la renuncia a las así llamadas “grandes obras” (verdaderas catedrales en los desiertos), en la reconversión de amplios sectores de la economía, en millares de pequeñas obras de utilidad colectiva, en un plan de puesta en seguridad del territorio y de su uso.

Si en Europa estamos articulando la izquierda a nivel continental, en Italia reconstruir la izquierda es un imperativo que hay que declinar en contra de los planes de austeridad de la troika (FMI-BCE-Comisión Europea) y de sus aliados, estando adentro de los movimientos sociales y en una relación estrecha con los que luchan en toda Europa.

En nuestra batalla, miramos de cerca la experiencia actual de lucha de los pueblos Latinoamericanos y Caribeños y su  lucha por la integración solidaria y por la segunda y verdadera independencia.  Como decía el marxista peruano José Carlos Mariátegui, “no hay ni calco, ni copia”  posible, sino “creación heroica”. Aunque seamos enanos sentados en los hombros de gigantes, en esta tarea y desafío creador, en nuestra lucha por la transformación y por el socialismo nos inspiramos en la actualización del pensamiento marxista y revolucionario de América Latina, en sus derrotas y sus logros, en sus especificidades continentales y nacionales.

(*) Seminario del ICAL en ocasión de los 100 años del Partido Comunista de Chile,  Sede Congreso de la República de Chile